Pensar en la educación, fue cuestionarlo todo.
Hace casi 7 años atrás, cuando estando embarazada de mi primer hijo (Christian) me preguntaba con mucha ilusión ¿Como seria esta gran etapa de escolaridad para nosotros?. En alguna parte de mi estaba la idea y la imagen de una experiencia típica, como la que vivimos la gran mayoría de nosotros en un colegio tradicional, quizás el que estuviese dentro de nuestra zona (condado) ya que vivimos en Estados Unidos y aquí el sistema trabaja de una forma distinta. Nada cercano a mi recuerdo viviendo en Venezuela. Todo estaba mas o menos bien, y aunque lo imaginaba claramente y con mucha ilusión, la verdad, una parte de mi, sentía también cierto rechazo y siendo honesta, no sabía por qué, solo tenia un sentir de rechazo he incomodidad hacia el sistema escolar. En ese momento, no lograba ver he identificar de donde provenía en mi tanto rechazo hasta que llego en momento de investigar sobre la escolaridad en este país.
Pasaron los 3 primeros años de Chris, y se acercaba el gran momento, yo venia de buscar mucha información meses antes, al menos para entender el sistema educativo y que era a lo que tendríamos al alcance, básicamente comprender y saber un poco más de los tantos tipos de colegio y además, saber de qué se trataba y que se supone debía aprender un niño de tres años (lo cual considero es aún muy pequeño) en este lugar llamado Pre-school.
Durante todo este tiempo de investigación, me cuestionaba ¿Por qué y para qué debo llevar a esta edad a mi hijo a un Pre-school? ¿Qué pasaría si continuamos en casa y permito que sea el quien elija si quiere ir a la escuela o no? ¿Quién será la persona que lo acompañará toda esta cantidad de horas al día, durante 1 año? también me hice preguntas como ¿Que se supone brindan estos lugares y programas? ¿Cuál es la formación y experiencia que tiene la persona que lo acompañara durante 1 año de su vida? …. Llegue a ir a estos lugares, visite muchos colegios, conocí grandes lugares entre públicos y privados y cada vez que salía de una visita, me sentía con el corazón apretado y muy triste. Entiendo completamente el contexto de cada familia, se que muchas veces no quisiéramos dejar a nuestros hijos tan pequeñitos en un lugar distinto al que debería estar siempre , al menos durante la primera infancia, al mismo tiempo, sentía mucho dolor al ver bebes de meses en estos lugares, donde además, tienen normas y restricciones muy específicas, como por ejemplo, no se brinda leche materna solo formula, mantienen tiempos de sueños muy establecidos y fijos, y que ahí de sus necesidades ? el apego? ¿El llanto lejano a los oídos de su madre? Como poder transitar este espacio de tiempo intangible para él, he infinito para su madre…. Todo este contexto fue como una verdad que mi mente intentaba racionalizar, pero mi alma estaba muy clara desde hace mucho tiempo. Yo no quería esto para mi hijo, tampoco lo quería para mí , nuestra situación económica no era la ideal pero aun así dimos el paso, renuncie a mi trabajo y me quede al fin con el juntos en casa, después de pandemia.
¡A todo este contexto le dije NO! No, a los consejos externos llenos de amor pero que no se alineaban mi sentir, también dije no al llamado social, dije no a pensar que de alguna manera necesitaba salir y proveer económicamente hablando, y también al piloto automático. Aún cuando tomar esta decisión no fue nada, pero nada fácil, me daba paz.
De nuevo, todo esto afecta directamente muchas cosas, comenzando por la parte económica, una vez más, existen cosas que despiertan una vez te conviertes en padre y madre, cosas por las cuales estas dispuesto a todo y con mucha certeza de que pase lo que pase, esto es para nosotros y la decisión de quedarnos en casa fue tomada desde el amor y también desde el miedo, pero lo hicimos. Siempre conté con el apoyo y el trabajo unido de mi esposo y de nuestras familias, esto no es sinónimo de facilidad, debemos entender que el trabajo en conjunto y el individual es inmenso, la responsabilidad de criar es de una magnitud impresionante, ninguna decisión puede o debe ser tomada a la ligera, aunque muchas veces esta sea la solución o el camino más cómodo porque nos ayuda a mantenernos con una supuesta calma y estabilidad. Seria muy interesante comenzar a cuestionarnos estas palabras.
En el camino, aprendí tanto sobre las diferentes metodologías y/o pedagogías de estudio. Encontré una gama exquisita y al mismo tiempo muy nueva para mí, aunque son filosofías de estudios muy muy antiguas, yo no tenía conocimiento absoluto sobre ellas. Primero comenzamos por Montessori, una metodología hermosa, con la cual logramos practicar algunas cosas, pero no logre sentir, que era realmente para nosotros. Un día leyendo un libro fantástico llamado conversaciones con dios Volumen 3, leo un apartado que relataba algo de la historia mas o menos de señor llamado Rudolf Steiner y la pedagogía educativa Waldorf, esto me impacto mucho porque justo 3 días antes, leía un artículo, y hablaba algo referente a una Pedagogía llamada Waldorf. Para mi fue un llamado, así que comencé a investigar mucho más. Tanta información de valor pude encontrar, que me sumergí poco a poco hasta donde lograba entender a través de la lectura sobre antroposofía. En ese momento me dije ‘Esto es para nosotros, yo quiero educar para la libertad’’
Durante este tiempo, seguíamos en la búsqueda de aquel colegio soñado, pero sin ningún gran acontecimiento referente al mismo. Realice una búsqueda filtrando todos los colegios Waldorf o Montessori en todo el país, ya que teníamos planes de mudarnos de florida (estado donde vivimos hasta el año 2024) y el tema colegio era algo clave para nosotros dado que Christian comenzó a sentir cierto interés por la escuela, desde su concepto de escuela que aun al día de hoy, con 6 años, guarda en su mente. Nosotros sentimos que tantos viajes, a conocer espacios nuevos llamados colegios, y ver a los niños juntos jugando, logro estimularlo y despertar un pequeño deseo genuino, fue entonces cuando decidimos dar el paso de al menos iniciar una búsqueda un poco más profunda, tomando en cuenta que solo existía la posibilidad de escolarizar si conseguíamos un colegio Waldorf que nos gustara y sintiéramos era el lugar y sobre todo cuando Christian así lo sintiera también. Conocimos colegios en Tampa, Orlando, Jacksonville, Texas y Carolina del Norte. Paso el año, decidimos mudarnos y consigo la decisión de hacer Homeschool, aun cuando teníamos dos colegios hermosos y muy amables para recibirnos, elegimos este primer año escolar irnos por esta aventura y sumarnos a las familias que eligen una educación en casa. Tenia miedo, claro que sí, no tenía idea como seria el camino, pero reafirme mi propia confianza y capacidad de ser canal para proveer herramientas de aprendizaje y sobre todo y lo mas importante conexión, escucha y mas amor.
La experiencia fue maravillosa y al mismo tiempo retadora, la realidad es que muchas cosas se despiertan en una misma durante la maternidad, y en todo el entorno familiar, al menos ese fue mi caso. Durante este tiempo, me di cuenta y fui mucho más consciente de mis acciones, mis gestos, mi forma de hablar, de comunicarme, de quien era yo, de mis talentos y dones y así, poder ser canal para tres seres humanos que esperan todo de mi en un maravilloso nuevo día que nos regala la vida. Homeschool es una forma increíble y fantástica de poder educar a nuestros hijos de forma libre, autónoma, segura y desde sus propios intereses, descubrimiento de sus dones y talentos, desarrollo y respeto a su palabra y pensamiento crítico, cosas en las que lamentablemente carecemos socialmente hoy en día. Iniciamos Homeschool en agosto del 2024.




